A cuatro años que en mi vida la hecatombe me cimbró, ya aprecio bendiciones que han llegado por diezmiles.
Gozar buena salud y un trabajo tan estable, son apenas esas muestras de otras bendiciones más hermosas y más plenas.
Y entre ellas enumero, la tranquilidad que hoy me envuelve y alcanza a quienes amo, principalmente mis luceros.
En el trazo que antes hice, en mi proyecto de vida, he logrado más de aquello, que esperaba lograría.
Hace cuatro años escribí que a tendría a estas alturas, muchos logros y perspectivas para disfrutar en plenitud.
Pero mantengo presente, que Dios es quien me guía, así que esperaré que El haga lo que quiera de mi vida
En el espejismo hasta pensé, me había enamorado de una reina, pero al tiempo descubrí no era lo que creía.
Así que si mi voluntad y mi vida a Dios le di, tendré que esperar en El, a sus tiempos y bondad.
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